viernes, 21 de diciembre de 2012

DEL SOLSTICIO A LA NAVIDAD





El 21 de diciembre (o el 22 algunos años) tiene lugar el Solsticio de invierno, la noche más larga y el día más corto del año.

Coincide, con pocos días de diferencia, con la Navidad de los pueblos cristianos, y muchos de los ritos de uno y otro acontecimiento coinciden y se llegan a confundir.
La forma de celebrarlo varía según los lugares.


Así, en el Medio Oriente, se vela con el fin de evitar la influencia de los malos espíritus; durante toda la noche se mantiene encendida una fogata, mientras que se come sandía, frutos secos y granada. En la antigua Persia se celebraba, a la mañana siguiente, el nacimiento de Mithra, el ángel de luz y verdad. 


En la cultura celta, el solsticio de invierno, momento en que la rueda del año está en su momento más bajo, preparada para subir de nuevo, recibe el nombre de Yule, y era costumbre celebrarlo con bailes y fiestas. 
El solsticio de invierno suponía el renacimiento del dios del sol, ya que los días se van haciendo más largos a partir de esa fecha.



En Escandinavia se sacrificaba un cerdo en honor de Frey, dios del amor y la fertilidad, controlador del tiempo y de la lluvia. Era tradicional, en muchos países de Europa, quemar el tronco de un árbol muy grande, que ardía lentamente durante toda la temporada de celebraciones en honor del nacimiento del nuevo sol, y guardar las cenizas para alejar a los malos espíritus o fertilizar los campos para la siembra.

¿Por qué quemar un tronco?. Dentro de la tradición celta ocupaba un lugar preferente el culto a los árboles que simbolizaban el poder. Los bosques sagrados servían como templo a los germanos... Entre los galos, los druidas - sacerdotes guardianes de las tradiciones - siguiendo un rito sagrado, recogían, el muérdago sobre un árbol sagrado: la encina.


En cuanto a la antigua Roma, las Saturnalias, o fiestas en honor de Saturno, se celebraban entre los días 17 y 23 de diciembre. Se conmemoraba el reinado del dios Saturno, que tuvo lugar sobre Roma en la Edad de Oro, la época en la que se producía abundantemente y no había guerras ni discordia.
La fiesta era una celebración del fin de las tinieblas y el comienzo de un nuevo año.
La semana de las fiestas de la Saturnalia se celebraba con comilonas y bebida; durante esa semana, en una inversión del orden social, los esclavos desempeñaban los altos cargos del estado, se convertían en amos y eran servidos por éstos. Era tradicional el intercambio de regalos, preferentemente de plata. 


Estas fiestas se continuaron conmemorando hasta los albores de la Edad Media, donde las Saturnalias también se celebraban en las iglesias, en una época en que existía una gran libertad en el uso de los templos.
Reinando Constantino el Grande, en el año 345 después de Cristo, la Iglesia propuso el 25 de diciembre para celebrar el nacimiento del Salvador, coincidiendo con la celebración romana del Sol Invictus


Probablemente los papas eligieron el 25 de diciembre como fecha de conmemoración del nacimiento de Jesús, para que los fieles prestasen menos atención a las fiestas paganas del solsticio de invierno y más a las celebraciones religiosas. 
De ese modo, la Navidad vino a ocupar el lugar que todavía llenaban esas fiestas saturnales y otras propias del invierno de Roma.
Sólo se celebraba esa fecha en Occidente, porque la Iglesia de Oriente, sin embargo, adoptó el 6 de enero; pero la influencia de San Juan Crisóstomo, padre de la Iglesia de Oriente y patriarca de Alejandría, y de San Gregorio Nacianceno, teólogo amigo de San Basilio hizo que se adoptara el 25 de diciembre, igual que en Occidente.



En la actualidad, durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, continúan manteniéndose ritos basados en las antiguas conmemoraciones del solsticio de invierno, como los pasteles de chocolate en forma de tronco que se comen hoy en día, o el típico árbol de Navidad, de claro origen celta, o las fiestas de los obispillos, el Bibestó de Monserrat, la fiesta del Rollo, el obispo de los locos o el abat de los locos de los días 6 o 28 de diciembre, que han subsistido en los pueblos españoles como residuos de las antiguas Saturnalias. 









martes, 4 de diciembre de 2012

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS. ARTÍCULO 4

Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

lunes, 3 de diciembre de 2012

domingo, 2 de diciembre de 2012

DE SHAHRAZAD A MALALA



Durante la preparación para el pasado 25 de noviembre de la concentración en repulsa de la Violencia contra la Mujer, las compañeras de la Plataforma 8 de marzo, de Cartagena, me pidieron que participase con la lectura de algún escrito, bien acerca del tribunal que no vio acoso sexual en el caso del jefe que daba palmadas en las nalgas y se rozaba contra dos empleadas, bien sobre Malala Yousafzai, la niña de 14 años herida por los talibanes por defender su derecho a estudiar.
Me decidí por este segundo tema, y a la luz del artículo de Rosa Montero, "Malala para siempre", aparecido en el Semanal del periódico "El País", en el que, tras el subtítulo destacado "Malala aspira al poder sanador y constructor del conocimiento y la palabra", establecía una correspondencia entre el caso de la real Malala y de la mítica Shahrazad, me animé a escribir estas líneas:





Hace años se publicó en Francia un libro titulado “Shahrazad no era marroquí”. Se hacía referencia en esta obra a la manera en que en Marruecos se estrangulaba cualquier aspiración de una mujer de acceder al mundo del conocimiento.

Malala, como Sherezade, también aspira al saber. Y a Malala, como a la mayoría de mujeres de su entorno, se le niega el acceso a la cultura.

Malala es una niña de tan sólo trece años, que ya sabe del sufrimiento mucho más, muchísimo más de lo que saben santísimas mujeres adultas del mundo occidental.

Porque los talibanes, que no pueden soportar el coraje de esta niña-mujer que reclama con energía su derecho y el de otras niñas a entrar en el mundo de la cultura, su derecho y el de otras niñas a atrapar el conocimiento, su derecho y el de otras niñas a asistir a la escuela, la intentaron asesinar metiéndole una bala en la cabeza.




A Malala tienen que reconstruirle el cráneo y la mandíbula, y quizás le queden secuelas por esa bala que le entró por encima del ojo, le atravesó el maxilar y acabó en su hombro.
Malala necesitará tratamiento para intentar paliar el daño psíquico que le ha producido el odio de estos hombres que tienen miedo a las mujeres.

Porque el machista es un hombre con miedo: miedo a las mujeres que saben, miedo a las mujeres que luchan, miedo a las mujeres que aman, miedo a las mujeres que comparten, miedo a las mujeres que ejercen su libertad, miedo a cualquier mujer, porque sospechan que ellas valen más que ellos, y esa envidia que sienten ante el poder femenino no la pueden sofocar más que con el uso de la violencia. De una violencia que les lleva a encerrarlas en sus casas, o a esconder sus rostros, o a golpearlas, o a violarlas, o a insultarlas,  o a impedirles que puedan aprender… porque una mujer ignorante les parece que es menos mujer, y si es menos mujer, supondrá – piensan ellos -  una menor amenaza para la hegemonía masculina.
Por eso hay que impedir que las niñas vayan a la escuela. Y si una niña es lo suficientemente mujer como para ejercer manifestarse reclamando, reivindicando su derecho y el de las demás niñas, de las demás mujeres, a estudiar, hay que acabar con ella, hay que suprimirla, hay que borrarla del mapa.
Por eso, Malala, te han disparado, por eso, Malala, han intentado asesinarte, porque una mujer que sabe es peligrosa, porque una mujer que exige sus derechos pone en peligro de extinción el régimen patriarcal, y ellos tienen miedo, miedo de que se demuestre lo poco que son.



FOTOS DE LA ACTIVIDAD
 DEL DÍA 25 DE NOVIEMBRE
EN LA PLAZA DEL ICUE: 







lunes, 12 de noviembre de 2012

SE PONEN DE ACUERDO EN QUE HAY QUE PONERSE DE ACUERDO


[foto de la noticia]
Ha sido necesario encontrarse ante tres suicidios para que los dos "grandes" ¿? partidos se pongan de acuerdo en que es preciso ponerse de acuerdo en algo.  ¡¡¡!!!
Ahora se dan cuenta ¿? por fin de que la angustiosa situación de los desahuciados no se puede mantener durante más tiempo ¿Será a causa de la vergüenza de la publicación de los suicidios en los medios de comunicación extranjeros? 
No me extraño por el recelo de la Plataforma de los Afectados por la Hipoteca ante el intento de negociar por parte del partido en el poder y del que anteriormente, cuando ocupó el mismo lugar, no intentó modificar una ley considerada injusta incluso por los mismos jueces ¿Quién se puede fiar de esta declaración de buenas intenciones?

Y mientras que representantes del bipartidismo intentan, infructuosamente, lavar su cara ante la opinión pública, transcribo en este blog el artículo 25 de la declaración Universal de Derechos Humanos:

Declaración Universal de Derechos Humanos
ARTÍCULO 25:

1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, el derecho a la salud y el bienestar, y en especial, la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica, y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio. Tienen derecho a igual protección social. 
Plataforma deAfectados por la Hipoteca de Madrid.

miércoles, 31 de octubre de 2012

MARÍA GOYRI, LA FEMINISTA




En la España machista de la última década del siglo XIX, despertó gran interés la virulencia de las campañas feministas en Inglaterra y Francia.
Con expectación malsana y satírica, muchos lectores de la revista La España Moderna, leían la sección en que se recogían las noticias sobre la lucha del feminismo llegadas desde el extranjero.
María Goyri, una mujer audaz y liberada, tenía que solidarizarse con sus compañeras de causa, y así defendió públicamente las avanzadas ponencias de Emilia Pardo Bazán y Concepción Arenal en el Congreso Pedagógico Hispano-Portugués-Americano de 1892.
Portada de la revista
"La España Moderna"
Doña Emilia Pardo Bazán pidió el acceso de la mujer a todos los estadios culturales, el derecho a desarrollar cualquier tipo de actividad laboral y profesional, y como medio de evitar la discriminación, pedía la coeducación en todos los niveles educativos.
Para algunos asistentes, se consideró escandaloso el tema de la coeducación, por considerarlo inadecuado a la instrucción femenina (así opinaba, por ejemplo, la directora de la Escuela Normal de Maestras, doña Carmen Rojo), pero la mayoría acogió con entusiasmo aquella propuesta, como le ocurrió a María Goyri.
La joven sabía lo importante y saludable que había sido para ella la convivencia con niños en su infancia, y lo que ésta le había enseñado a comportarse con naturalidad desde la infancia; no podía olvidar su paso por la academia de dibujo, y su camaradería con los compañeros varones.
Concepcion Arenal 1.jpg
Concepción Arenal
En el mismo congreso, doña Concepción Arenal, con sus 73 años, presentó una moción en que alineaba los deberes y los derechos de las mujeres, y entre estos últimos, colocó en primer lugar el de la enseñanza y el de la cultura física, punto bastante conflictivo ante el que muchísimas maestras mostraron su oposición. Consideraban inaceptable una asignatura que propiciara el deporte para la mujer. María Goyri se levantó y defendió ardorosamente la tesis de Concepción Arenal, arrancando un gran aplauso, y Emilia Pardo Bazán fue hacia ella y la abrazó.

Esta mujer tan avanzada, tan adelantada a su tiempo, dotada de tan gran personalidad y carácter, no resultó para la conservadora familia de Ramón Menéndez Pidal la mujer ideal. Habrían preferido para su hijo otro tipo de mujer, alguien más tradicional. En aquella época existían grandes prejuicios para una señorita que estudiaba, y más en el caso de María, cuya asistencia a la Universidad suponía una audacia que rayaba en el escándalo. También les predisponía en contra de ella el suponer que el apartamiento religioso de Ramón se debía a su influencia.
Difícil, muy difícil para una mujer en su época, progresar como ella lo hizo, pero se trataba de una mujer de firme voluntad, fiel por completo a sus convicciones.

En el 1898, María tenía tribuna pública en la Revista Popular , de arte, educación, literatura, política y sociología, donde tenía por compañeros a Francisco Giner, Joaquín Costa, Julián Besteiro... María tiene una rúbrica titulada Crónicas femeninas. Según María Goyri, en el trabajo de la mujer fuera de su hogar, todo estaba por hacer y que había que comenzar por fomentar en ellas una conciencia clara para desterrar la idea de que realizar un trabajo remunerado era rebajarse, ya que estaba demostrado que, por su inteligencia, por su capacidad, la mujer podía y debía participar en la sociedad en igualdad de condiciones que el hombre.
Edificio del Instituto Internacional de la Calle Miguel Ángel,
primera sede del Instituto -Escuela
Y así lo fue demostrando con su ejemplo, a lo largo de toda su andadura. María dedicó su vida a la investigación de todo lo relacionado con la Filología y con la Historia, y no debemos destacar únicamente su trabajo junto a su esposo en el inventario de las diferentes versiones de transmisión oral del archivo del Romancero, sino que es preciso reconocer la relevancia de su tarea docente en el Instituto Escuela y sus distintos estudios acerca de Lope de Vega.
Cuando, a finales de 1955, falleció María Goyri, la gran biblioteca-archivo que era su casa de Chamartín, quedó desamparada.
Ramón Menéndez Pidal
A mediados de los sesenta, cuando la historiadora Antonina Rodrigo visitó a Ramón Menéndez Pidal para consultarle sobre los romances de la heroína liberal Mariana Pineda, confesó: "Si estuviera mi mujer, seguro que le ayudaría; ella lo sabía todo". María Goyri, a su muerte, se había llevado las llaves de los archivos del sabio.

domingo, 28 de octubre de 2012

EL HAMBRE MATA 60.000 PERSONAS CADA DÍA





En los países desarrollados se desperdician diariamente cantidades enormes de comida, mientras que en otros lugares la gente se muere de hambre: Son 60.000 personas las que cada día mueren por esa causa, mientras que en Europa y Estados Unidos un elevado porcentaje de la población padece de obesidad o sobrepeso.

¿Dónde está el problema? ¿Por qué esta desigualdad? Porque si la producción agrícola y ganadera de nuestro planeta es superior a la que la totalidad de la población necesita para sobrevivir, el problema es, sin duda, de distribución. 
Según datos de Naciones Unidas, el número de personas hambrientas en el año 2009 era de 1.020 millones, y mientras tanto, otras se dedican al derroche, al desperdicio…

 Nosotros engordamos, nosotros tiramos, nosotros quemamos… y ellos pasan hambre y pasan sed.


Porque mientras que en España se consumen diariamente 200 litros de agua por persona, 350 en Europa y 550 en Canadá y EEUU, en África el consumo medio es de 8 litros por persona y día. 
Cada día, en las familias africanas hay que hacer kilómetros y kilómetros para buscar el agua; ¡quién se encarga de ello?: las niñas. Son las niñas las que cada día invierten 6 horas para ir a buscar el agua, por lo que no disponen de tiempo para ir a la escuela, para aprender a leer… millones de niñas que podrían gozar de una educación que se les niega, porque los países “civilizados” rechazan invertir 10.000 millones de dólares en construir canalizaciones para que, en cada pueblo, haya un pozo, como mínimo.

¿Y cómo luchamos para acabar con estas 60.000 muertes diarias? De vez en cuando nos conmovemos ante las imágenes de algún reportaje televisivo y contribuimos con unos cuantos euros que entregamos a alguna ONG para que envíe alimentos a los países necesitados, con lo que se consigue que en algunos lugares se reduzca el hambre durante una o dos semanas.
Y si esto no resuelve el problema, si los excedentes que algunos países envían, tampoco lo resuelven ¿qué se puede hacer?

La respuesta de Naciones Unidas a este problema, está clara: La soberanía alimenticia.
O lo que es lo mismo: cada país tiene que producir los alimentos que necesita la población sin necesidad de depender de otras naciones.
Pero esto no es posible si no se consigue primero distribuir mejor la tierra para que lo que se cultive sea útil para la población.

Seguimos arrastrando las consecuencias del colonialismo, por lo que el monocultivo está instaurado en muchos países del llamado Tercer Mundo: café en unos lugares, cacao en otros, azúcar en otros, piña, plátano… hay que acabar con los monocultivos.

Una vez redistribuida la tierra, hay que invertir: invertir en formación profesional agraria, en tractores, en caminos…  ¿Cuánto costaría todo eso?

En 2008, la FAO nos dio la respuesta: 50.000 millones de dólares al año. Con sólo 50.000 millones de dólares anuales, se puede, según esta organización, erradicar el hambre en el mundo. Esa es la cantidad que pidió a los países ricos. Y la respuesta… que no podía ser, que era imposible, que no había dinero. SÓLO SE OBTUVIERON 22.000 MILLONES DE DÓLARES.

Tres meses más tarde, la crisis financiera comenzó a golpear. Los gobiernos concedieron a los bancos 2 BILLONES 700.000 DÓLARES, lo que suponía nada más y nada menos que 40 VECES MÁS DINERO QUE HABÍA PEDIDO LA FAO.  
Esa es la voluntad política de acabar con el hambre en el mundo.
Esa es la voluntad de acabar con esas 60.000 muertes diarias.  


sábado, 27 de octubre de 2012

MARÍA GOYRI, LA PRIMERA UNIVERSITARIA

María Goyri

María Goyri fue la primera mujer universitaria española.
La dirección General de Instrucción Pública, que pertenecía entonces al Ministerio de Fomento, recabó la opinión del claustro de profesores antes de autorizarla a emprender sus estudios, con la intención de saber si la presencia de una mujer en las aulas podría perturbar el orden.


Era el mismo año en que se celebró en el Ateneo de Madrid el Congreso Pedagógico Hispano - Portugués - Americano, cuya quinta sesión, la más polémica, fue abierta por doña Emilia Pardo Bazán con la ponencia "La educación del hombre y de la mujer", en la que la escritora oponía, a las ideas antifeministas de Rousseau y Fenelon el pensamiento progresista de Stuart Mill y de Leibniz que afirmaban que si se reformase la educación de la mujer, se reformaría, como consecuencia, el género humano: todo lo contrario de las concepciones de los dos primeros, que defendían la inferioridad intelectual congénita de todo sexo femenino.
Doña Emilia denunciaba que el abandono sistemático de cultural de la mujer en España era resultado de la discriminación represiva al servicio del machismo ibérico y decía: "No puede, en rigor, la educación actual de la mujer, llamarse educación, sino doma, pues se propone por fin la obediencia, la pasividad y la sumisión".


Emilia Pardo Bazán

Se trataba del curso 1892 - 1893, y para esta primera universitaria, mujer de 19 años, que acogió con entusiasmo la ponencia de la Condesa de Pardo Bazán y sus conclusiones sobre la necesidad de la coeducación en todos los niveles educativos,  se estableció un protocolo por el que, en clase, debía estar separada de sus compañeros y tampoco podría hablar con ellos por los pasillos. Entre clase y clase tenía que permanecer en la antesala de los profesores, y cuando el bedel anunciara el comienzo de las clases, había de ser acompañada por un catedrático para ocupar en el aula la mesita supletoria que le correspondía ocupar. Más tarde, cuando hizo el doctorado en el año académico 1895 - 1896, ya asistía a las clases como un alumno más.

De pequeña, María no había asistido a ningún colegio; su maestra fue su madre, Amalia Goyri, mujer de gran personalidad, inteligencia y cultura, que estableció para su hija un programa de estudios con horario fijo. Esta mujer, adelantada a su tiempo, llevó a su hija a un gimnasio en una época en que la actividad física parecía estar vetada a las mujeres.
María Goyri ingresó en una academia de dibujo, en que convivió con sus compañeros varones con una gran camaradería, lo que le sirvió de mucho cuando se encontró en la Universidad, rodeada de estudiantes, que siempre la trataron con una sana cortesía, según sus propias declaraciones.
A los 12 años ingresó en la Escuela de Comercio de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer. La madre de María eligió la Escuela de Comercio y no de Letras, porque había descubierto en su hija una gran facilidad para la aritmética. También estudiaba inglés y francés.
En 1890, dos años antes de entrar en la Universidad, empezó a relacionarse con la Institución Libre de Enseñanza, que, una vez acabados sus estudios universitarios, le pidió que actuara como profesora; para ello era preciso el título de Maestra, por lo que María, a pesar de estar doctorada en Letras, tuvo que emprender los estudios de Magisterio, que terminó en muy poco tiempo.

Su matrimonio con Ramón Menéndez Pidal supuso la unión de dos personas parejas en estudios, lecturas y recreo, aficiones que les unieron para el tráfago de toda la vida, e hizo que a partir de entonces trabajasen juntos.
María Goyri y Ramón Menéndez Pidal
en una de sus expediciones

El espíritu investigador de la joven pareja y su común afición por la Filología y la Historia, los llevó a peregrinar por valles y aldeas, a buscar la compañía de los lugareños y recoger de viva voz romances y fragmentos, rescatando del olvido los que todavía quedaban en la memoria colectiva del pueblo.
"Para encontrar los romances es necesario ir a sacarlos de su escondite - pensaba María Goyri - El pueblo conserva con cariño el tesoro tradicional...        Lo cierto es que aparecen dondequiera que se buscan con interés, poniéndose en contacto directo con el pueblo"

La generosidad y entrega de María Goyri a la obra de su marido fue excepcional. En muchas ocasiones borró sus propios sueños para estimular los de su compañero, en una continua ofrenda de sugerencias, datos, lecturas, que labraban el terreno para la futura labor del sabio.
Nunca supo nadie dónde llegaba la labor de uno y empezaba la del otro; sólo en alguna ocasión firmaron obras conjuntamente, pero el testimonio de su nuera, que convivió con ella, es de un valor inapreciable, según el cual no se concibe a Menéndez Pidal sin trasladarse continuamente al despacho de María para asegurar un dato, pedir nuevas lecturas, consultar sobre materias en que ella lo superaba; el desinterés de ella era tan grande que su labor pasaba inadvertida, dentro de su misma necesidad para aquel que la recibía.

Como pedagoga, María Goyri siempre apareció preocupada por la sensibilidad del niño y la niña, lo que la llevó a colaborar en el Protectorado del Niño Delincuente, fundada por la Institución Libre de Enseñanza, que también creó el Instituto Escuela con el fin de iniciar la formación desde la Escuela Primaria, con un espíritu pedagógico que todavía hoy nos parece avanzadísimo, y en cuyo funcionamiento, la colaboración de María Goyri fue importantísima.

En cuanto al feminismo, las dos grandes mujeres que sostuvieron esa antorcha a finales del siglo XIX fueron Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán, pero María Goyri, tan audaz, no podía permanecer al margen en aquella fascinante revolución que preconizaba la liberación de la mujer; tenía que solidarizarse con sus compañeras de causa... pero quizás este tema resulte demasiado extenso para esta breve reseña sobre tan gran mujer. Volveremos sobre este aspecto más adelante.

viernes, 26 de octubre de 2012

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS. ARTÍCULO 2

Toda persona tiene los derechos y libertades publicados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

domingo, 21 de octubre de 2012

LO MALO PARA MÍ ES BUENO PARA TÍ

¿Recuerdas la tragedia de Chernóbil? Una nube radioactiva, procedente de la explosión de la central nuclear, se colocó sobre Alemania. Ante el peligro de contaminación radiactiva a través de los alimentos expuestos a ella, muchos productos fueron retirados de los mercados por orden del gobierno, entre ellos, la leche, pues las vacas habían comido hierba radiactiva.
El gobierno alemán indemnizó a los ganaderos por el perjuicio derivado de la prohibición de comercializar la leche, pero ésta no fue destruida, sino que se envió a África y Bolivia.
Los alimentos contaminados no son aptos para su consumo por parte de los europeos, pero sí parece que lo sean por los habitantes del tercer mundo.

DE DERECHOS VA

Cuando en pleno siglo XXI observamos, con sensación de impotencia, la manera en que son pisoteados los derechos que con tanto esfuerzo los ciudadanos y ciudadanas llegamos a conseguir, convendría que hiciéramos una mirada retrospectiva a la centuria anterior; en concreto, al año 1948, a ese 10 de diciembre en que la Asamblea General de Naciones Unidas en su resolución 217 A (III) adoptara y proclamara la

DECLARACIÓN UNIVERSAL
 DE DERECHOS HUMANOS

¿Y si comenzáramos a leer, artículo por artículo, cada uno de los que la constituyen?
¿Y si los comentáramos entre la gente de nuestro círculo?
¿Y si nos diera por analizar todos y cada uno de ellos y debatir sobre su cumplimiento o incumplimiento?

¿Sería esto motivo de profundo desánimo?
O, por el contrario, ¿No nos entrarían unas ganas irresistibles de luchar por ellos?

Empecemos hoy por el primero de ellos:

Declaración Universal de Derechos Humanos: Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, doytados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.