María Goyri |
María Goyri fue la primera mujer universitaria española.
La dirección General de Instrucción Pública, que pertenecía entonces al Ministerio de Fomento, recabó la opinión del claustro de profesores antes de autorizarla a emprender sus estudios, con la intención de saber si la presencia de una mujer en las aulas podría perturbar el orden.
Doña Emilia denunciaba que el abandono sistemático de cultural de la mujer en España era resultado de la discriminación represiva al servicio del machismo ibérico y decía: "No puede, en rigor, la educación actual de la mujer, llamarse educación, sino doma, pues se propone por fin la obediencia, la pasividad y la sumisión".
Emilia Pardo Bazán |
Se trataba del curso 1892 - 1893, y para esta primera universitaria, mujer de 19 años, que acogió con entusiasmo la ponencia de la Condesa de Pardo Bazán y sus conclusiones sobre la necesidad de la coeducación en todos los niveles educativos, se estableció un protocolo por el que, en clase, debía estar separada de sus compañeros y tampoco podría hablar con ellos por los pasillos. Entre clase y clase tenía que permanecer en la antesala de los profesores, y cuando el bedel anunciara el comienzo de las clases, había de ser acompañada por un catedrático para ocupar en el aula la mesita supletoria que le correspondía ocupar. Más tarde, cuando hizo el doctorado en el año académico 1895 - 1896, ya asistía a las clases como un alumno más.
De pequeña, María no había asistido a ningún colegio; su maestra fue su madre, Amalia Goyri, mujer de gran personalidad, inteligencia y cultura, que estableció para su hija un programa de estudios con horario fijo. Esta mujer, adelantada a su tiempo, llevó a su hija a un gimnasio en una época en que la actividad física parecía estar vetada a las mujeres.
María Goyri ingresó en una academia de dibujo, en que convivió con sus compañeros varones con una gran camaradería, lo que le sirvió de mucho cuando se encontró en la Universidad, rodeada de estudiantes, que siempre la trataron con una sana cortesía, según sus propias declaraciones.
A los 12 años ingresó en la Escuela de Comercio de la Asociación para la Enseñanza de la Mujer. La madre de María eligió la Escuela de Comercio y no de Letras, porque había descubierto en su hija una gran facilidad para la aritmética. También estudiaba inglés y francés.
En 1890, dos años antes de entrar en la Universidad, empezó a relacionarse con la Institución Libre de Enseñanza, que, una vez acabados sus estudios universitarios, le pidió que actuara como profesora; para ello era preciso el título de Maestra, por lo que María, a pesar de estar doctorada en Letras, tuvo que emprender los estudios de Magisterio, que terminó en muy poco tiempo.
Su matrimonio con Ramón Menéndez Pidal supuso la unión de dos personas parejas en estudios, lecturas y recreo, aficiones que les unieron para el tráfago de toda la vida, e hizo que a partir de entonces trabajasen juntos.
María Goyri y Ramón Menéndez Pidal en una de sus expediciones |
El espíritu investigador de la joven pareja y su común afición por la Filología y la Historia, los llevó a peregrinar por valles y aldeas, a buscar la compañía de los lugareños y recoger de viva voz romances y fragmentos, rescatando del olvido los que todavía quedaban en la memoria colectiva del pueblo.
"Para encontrar los romances es necesario ir a sacarlos de su escondite - pensaba María Goyri - El pueblo conserva con cariño el tesoro tradicional... Lo cierto es que aparecen dondequiera que se buscan con interés, poniéndose en contacto directo con el pueblo"
La generosidad y entrega de María Goyri a la obra de su marido fue excepcional. En muchas ocasiones borró sus propios sueños para estimular los de su compañero, en una continua ofrenda de sugerencias, datos, lecturas, que labraban el terreno para la futura labor del sabio.
Nunca supo nadie dónde llegaba la labor de uno y empezaba la del otro; sólo en alguna ocasión firmaron obras conjuntamente, pero el testimonio de su nuera, que convivió con ella, es de un valor inapreciable, según el cual no se concibe a Menéndez Pidal sin trasladarse continuamente al despacho de María para asegurar un dato, pedir nuevas lecturas, consultar sobre materias en que ella lo superaba; el desinterés de ella era tan grande que su labor pasaba inadvertida, dentro de su misma necesidad para aquel que la recibía.
Como pedagoga, María Goyri siempre apareció preocupada por la sensibilidad del niño y la niña, lo que la llevó a colaborar en el Protectorado del Niño Delincuente, fundada por la Institución Libre de Enseñanza, que también creó el Instituto Escuela con el fin de iniciar la formación desde la Escuela Primaria, con un espíritu pedagógico que todavía hoy nos parece avanzadísimo, y en cuyo funcionamiento, la colaboración de María Goyri fue importantísima.
En cuanto al feminismo, las dos grandes mujeres que sostuvieron esa antorcha a finales del siglo XIX fueron Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán, pero María Goyri, tan audaz, no podía permanecer al margen en aquella fascinante revolución que preconizaba la liberación de la mujer; tenía que solidarizarse con sus compañeras de causa... pero quizás este tema resulte demasiado extenso para esta breve reseña sobre tan gran mujer. Volveremos sobre este aspecto más adelante.
La foto que aparece como María Goyri en realidad es Clara Campoamor. Supongo debe ser una errata.
ResponderEliminarUna página muy interesnte.
Un cordial saludo.