lunes, 22 de abril de 2013

GIOCONDA BELLI, CANTORA DEL AMOR






Ay Nicaragua, Nicaraguita 


La flor más linda de mi querer 

Abonada con la bendita, Nicaraguita, 

Sangre de Diriangen. 

Ay Nicaragua sos más dulcita 


Que la mielita de Tamagás 

Pero ahora que ya sos libre, Nicaraguita, 

Yo te quiero mucho más 

Pero ahora que ya sos libre, Nicaraguita, 

Yo te quiero mucho más



Leyendo los poemas de Gioconda Belli, me viene a la memoria la canción de Carlos Mejía Godoy, "Nicaragua, Nicaragüita"

Ay Nicaragua, Nicaragüita
la flor más linda de mi querer...

Ay, Nicaragua, Nicaragüita... el país de la selva tropical y de la gran sabana, el país de las regiones norteñas semidesérticas y de los largos y caudalosos ríos que vierten sus aguas al Caribe… Ay, Nicaragua, Nicaragüita… esta tierra tan lejana y tan desconocida y, a la vez, tan cercana a la nuestra…

Abonada con la bendita, Nicaragüita,
sangre de Diriangen.

Ay, Nicaragua, Nicaragüita… cuna de grandes poetas, que vio nacer las letrillas y canciones de Francisco Quiñones y los poemas modernistas de Rubén Darío… la poesía renovadora de Azarías Pallais y de Salomón de la Selva… los versos vanguardistas de José Coronel y de Luis Alberto Cabrales… La poesía comprometida de Mª Teresa Sánchez y de Ernesto Cardenal…
Ay, Nicaragua, Nicaragüita, ¿cómo un país tan pequeño puede tener tanta importancia literaria, haber dado, en los últimos años, tantos escritores y escritoras…?
Ay, Nicaragua, Nicaragüita… que asististe, en 1948, al nacimiento de Gioconda Belli, que escuchaste, en 1974, recitar sus primeros versos editados…

Gioconda Belli, es una poetisa nicaragüense, cantora del amor, cuya obra no puede ser tratada de manera aislada, separada de su estrecha relación con su tierra, y por ello, esta entrada que escribo sobre la gran escritora, ha venido precedida de esta canción.

Gioconda Belli es Nicaragua, y Nicaragua ha encontrado su mejor cantora en Gioconda Belli.

Ay Nicaragua, sos más dulcita
que la mielita de Tamagás.
Pero ahora que ya sos libre, Nicaragüita,
yo te quiero mucho más.

El estilo de Gioconda Belli escapa a cualquier corriente o escuela.
Erótica, feminista y revolucionaria, su voz sincera es un salto hacia el mundo.
Canta a Nicaragua, como podía haber cantado a cualquier otro país, si hubiera nacido en él, porque ella no escogió nacer en Nicaragua, como tampoco escogió hacerlo en 1948.


Uno no escoge el país donde nace
pero ama el país donde ha nacido.

Uno no escoge el tiempo para venir al mundo
pero debe dejar huella de su tiempo.

Nadie puede evadir su responsabilidad.
Nadie puede taparse los ojos, los oidos, 
enmudecer y cortarse las manos.

Todos tenemos un deber de amor que cumplir,
una historia que nacer,
una meta que alcanzar.

No escogimos el momento para venir al mundo:
Ahora podemos hacer el mundo
En que nacerá y crecerá
la semilla que trajimos con nosotros.

(Uno no escoge: Gioconda Belli)


José Coronel dijo que, con su libro “Sobre la grama”, Gioconda Belli se aseguró un sitio en la literatura de lengua española.
Su obra es una creación poética difícil de encasillar, porque es obra entrañablemente suya, íntimamente personal. Fresca y vitalista, se la puede poner a la par, como seguía diciendo José Coronel, no sólo con las mejores poetisas actuales, sino con todas las grandes poetas que han existido desde Safo… Es de las pocas mujeres que han hecho franca y sincera poesía de amor. Franca poesía de amor es la suya… concebida sin artificios, en ese estado de gracia que sólo genera la libertad de pensar.

Y Dios me hizo mujer,

de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara

todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas

y bendigo mi sexo.
(Y Dios me hizo mujer: Gioconda Belli)

Y por la libertad de pensar, por la libertad de expresarse, por el derecho a vivir en libertad, vive y escribe Gioconda Belli, autora comprometida, en cuya poesía resalta tres aspectos: El erotismo, el feminismo y el compromiso… Y qué difícil nos resulta distinguir dónde empieza y donde termina cada una de estas facetas en su obra…
Cuando Gioconda Belli escribe su libro “Apogeo” quiere, con él, celebrar el apogeo, el cenit en la vida de las mujeres, ese momento fundamental de la existencia donde la integridad y la belleza física coexisten en la sabiduría y la madurez del intelecto.

Gioconda Belli no dedicó su tiempo en exclusiva a la Literatura, pues es conocida por su papel como luchadora antisomocista. Como muchos intelectuales de su generación, se alistó en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Fue correo clandestino, transportó armas, viajó por Europa y América Latina obteniendo recursos y divulgando la lucha sandinista, llegando a ser miembro de la Comisión Político-Diplomática del FSLN.



Fue condenada a prisión por oponerse a la dictadura de Anastasio Somoza y hubo de exiliarse posteriormente, primero, a México, y más adelante, a Costa Rica.
Después del triunfo de la revolución nicaragüense ocupó varios cargos dentro del gobierno revolucionario, pero dejó todo cargo oficial en 1986 para dedicarse a escribir su primera novela, "La mujer habitada"

Estamos, dice Gioconda Belli, en una época en que la mujer se enfrenta a las nociones preconcebidas de una sociedad que, hasta ahora, y gracias al esfuerzo de las propias mujeres en todo el mundo, apenas empieza a reconocer el valor y aporte de lo femenino...

La poetisa nicaragüense canta a la condición de la mujer, y su poesía fue considerada revolucionaria en su manera de abordar el cuerpo y sensualidad femenina.


Lo femenino es el tema omnipresente en su poesía.
Y es el tema omnipresente en su prosa, porque la mujer es el tema constante, siempre presente en su obra.


OBRAS PUBLICADAS: 


  • Sobre la grama (1972) - Poesía
  • Línea de fuego (1978) - Poesía
  • Truenos y arco iris (1982) - Poesía
  • Amor insurrecto (1984) - Poesía (Antología)
  • De la costilla de Eva (1986) - Poesía
  • La mujer habitada (1988) - Novela
  • Poesía reunida (1989) - Poesía
  • Sofía de las presagios (1990) - Novela
  • El ojo de la mujer (1991) - Poesía (Antología)
  • Sortilegio contra el frío (1992)
  • El taller de las mariposas (1994) - Cuento infantil
  • Waslala (1996) - Novela
  • Apogeo (1997) - Poesía
  • El país bajo mi piel, memorias de amor y de guerra (2001) - Autobiografía
  • El pergamino de la seducción (2005) - Novela
  • Fuego soy apartado y espada puesta lejos (2006) - Poesía
  • El infinito en la palma de la mano (2008) - Novela








jueves, 21 de marzo de 2013

QUIENES TOMAN LAS DECISIONES



Policías registrando el domicilio de la gerente del FMI, patriarca ortodoxo disponiendo de los fondos de la Iglesia para el rescate bancario, asesor jurídico de la Casa Real declarando como testigo en el caso Urdangarín, con temblor en las piernas... mientras el pueblo soberano pasa alternativamente de las preguntas sobre cuándo sus hijos encontrarán empleo a si el marido de la infantita o el señor de la peineta llegarán o no a pagar con penas de prisión sus actos dolosos...

Espero que no ocurra con semejantes figuras algo parecido a lo que ocurrió con un tal Bernardo de Lippe Biesterfeld hace ya bastantes años.

No sé si os suena de algo tan pintoresco personaje, pero puedo deciros que tiene un curriculum, cuando menos, digamos... interesante.
Este señor, nacido en 1911, hijo de un tal Príncipe Bernardo Casimiro de  Lippe Biesterfeld, fue miembro de las juventudes hitlerianas, (concretando más, podemos decir que de joven se afilió a varias organizaciones nacionalsocialistas, como el NSDAP, las SA y una rama especial de las SS, lamada la "Reiter SS") aunque decían sus partidarios que no era un nazi convencido, sino que estas afiliaciones le permitían adquirir nuevos contactos y fomentar sus intereses personales. Afirman que la pertenencia a estas organizaciones era necesaria para acceder a distintas posiciones en la Alemania de la época.
Astuto el muchachito ¿no?
Bernardo de Holanda


 El caso es que de algo debieron servirle los contactos adquiridos cuando, años después, se dedicó durante un tiempo al tráfico de armas. Bernardo de Lippe Biesterfeld, convertido en el príncipe Bernardo de Holanda, fue autor del delito por el que debería haber sido condenado a prisión, pero nunca llegó a ingresar en ella, porque la Jefa de Estado de su país, amenazó con dimitir si Bernardo era llevado a juicio ¿Y quién era esta jefa de estado? Pues su mujer, la reina de Holanda, Juliana I, abuelita de la recién estrenada soberana.

Es cierto que el príncipe negó haber pertenecido a estas asociaciones, pero su pertenencia está lo suficientemente acreditada y documentada.

Aunque la mayoría del pueblo holandés lo consideraba una figura encantadora y popular, su vida estuvo llena de escándalos, como cuando se demostró, en 1976, que había aceptado un soborno de 1.100.000 dólares de la Lockheed Corporation (se negó en redondo a responder a las preguntas de los periodistas alegando "yo estoy por encima de esas cosas"), o cuando se dieron a conocer sus aventuras extramatrimoniales, incluyendo la compra de un apartamento en París para su amante Hélène Grinda, o la existencia de su hija ilegítima con ésta, y de Alicia, su segunda hija ilegítima, que vivía en Estados Unidos.

Estandarte de Bernardo
como príncipe consorte
de los Países Bajos
El caso es que, aunque no fuera sometido a juicio por lo de la Lockheed, hubo de renunciar a su posición como Inspector General de las Fuerzas Armadas de los Países Bajos y aceptó no volver a vestir de uniforme. No se trataba de una pena excesiva por haber cometido lo que él mismo calificó de el "vergonzoso error" de haber aceptado una comisión ilegal de más de un millón de dólares.


Hasta aquí, lo que nos podría servir de ejemplo a nuestra situación, pero no queda en esto el estudio sobre las actividades de este ilustre señor.

Su mayor mérito es, sin duda, el haber sido creador del CLUB BILDERBERG, el más importante de los selectos clubes que toman las decisiones en los países occidentales.

Porque no nos engañemos, estas Naciones Unidas, tan democráticamente deficitarias, tan sólo nos representan teóricamente, y lo mismo podríamos decir, desde el punto de vista de la representación democrática del Fondo Monetario y del Banco Mundial, y... ¿para qué meternos en honduras con el tema del G-20, un grupo de 20 países que se arroga, porque sí, la representación económica de todo el mundo?


Arcadi Oliveres
Este tema, si bien ya lo tenía bastante asumido, se me ofreció, a decir verdad, en toda su claridad y transparencia escuchando al economista Arcadi Oliveres, cuando cuestionaba la existencia de un G-20 donde debería haber, en realidad, un G-192, si queríamos atender a la realidad de los países existentes. En esa misma conferencia en que hablaba de la cuestión de la no representatividad de estos organismos fue donde acometió la importancia del Club Bilderberg, el de los selectos que deciden por todos, y esta idea la amplía en uno de los capítulos de su libro "Detengamos la crisis (Las perversiones de un sistema que podemos cambiar)" en el que habla de la manera en que el citado G-20 que se otorga la representatividad de todo el mundo para resolver una crisis que él mismo ha provocado, cuando en realidad los auténticos centros de decisión se encuentran en una especie de clubes secretos, que ni siquiera son públicos.

En 1954 tuvo lugar la primera reunión de este club, propuesta por el consejero político polaco Joseph Retinger, que preocupado por el antiamericanismo que estaba causando el Plan Marshall en Europa decidió reunir a los líderes europeos para promover el entendimiento entre ellos, y entre los invitados se encontraban el príncipe Bernardo de Holanda, que decidió promover la idea, y el primer ministro belga Paul van Zeeland. Plantearon que a las reuniones tenían que acudir dos invitados de cada país, uno conservador y otro progresista.
El presidente de este club de élite fue Bernardo de  Lippe Biesterfeld, que ostentó este cargo hasta su muerte, en 2004, y mira por donde, la hija de este señor, la recién abdicada reina Beatriz de Holanda, es la accionista más importante de la segunda empresa mundial del petróleo, Shell, que acumula un montón de acusaciones por supuestos crímenes cometidos en Nigeria.


Hotelito donde se reunió
por primera vez el club Bilderberg
En el club Bilderberg las decisiones son tomadas por banqueros, políticos jubilados y medios de comunicación (lo que se llama poderes fácticos) y nació como un grupo de tertulia que se reunía en un hotelito llamado Bilderberg, cuyo nombre pasó a ser el ostentado por el club, que reflexionaban una vez al año sobre cuestiones económicas.
Participaba David Rockefeller, accionista de la Exxon, la empresa petrolera más importante del mundo.
Pues bien, el presidente y Paul van Zeeland, constituido en secretario, comenzaron a convocar a periodistas, banqueros, ex primeros ministros, ex secretarios de la OTAN, ex directores de la CIA, antiguos presidentes de la comisión de las comunidades europeas, y otras personas con cierto peso económico.


De las cien o ciento cincuenta personas que en la última semana del mes de mayo de cada año se reúnen, la mitad, aproximadamente, tiene carácter permanente.

El comité de dirección mantiene un registro de los nombres de los asistentes y detalles de contacto, con el objetivo de crear una red informal de individuos que se pueden invitar unos a otros en privado.
¿Cuál es el propósito declarado del grupo Bilderberg? "Hacer un nudo alrededor de una línea política común entre Estados Unidos y Europa en oposición a Rusia y al comunismo". Pero este objetivo, con la evolución histórica, ha cambiado fundamentalmente.

El club Bilderberg se mueve en un terreno indefinido, entre la legalidad y la ilegalidad, entre la existencia pública y el secretismo, reuniéndose cada vez en lugares diferentes, en reuniones en las que no hay orden del día, pues los temas a discutir dependen de la actualidad del momento, y de las que no se levanta acta, pues, en teoría, no se toman decisiones vinculantes, porque no forman parte de ninguna organización oficial, pero lo que se acuerda allí, tiene consecuencias importantes. Y sí que queda constancia de los nombres de quienes concurren cada vez.


 Forma parte del grupo permanente un representante de la familia Wallenberg, que desde el siglo XIX controla las grandes empresas de Suecia (ASEA, Ericsson, SAS, SAAB...) El fundador del imperio, Marcus Wallemberg, murió en 1943, pero sus nietos y nietas continúan su labor, y una de ellas, Nane Marie Annan, casó con Kofi Annan, (secretario de las Naciones Unidas entre 1997 y 2007) el actual gerente del Club Bilderberg.

 

      Matías Rodríguez Inciarte                  Jaime Carvajal y Urquijo                        Kofi Annan
    
España tiene dos asistentes fijos: el Rey Juan Carlos y Emilio Botín, aunque ninguno de los dos aparece personalmente, sino que delegan su asistencia en otras personas. Así, Emilio Botín se hace representar por quien tiene el tercer sueldo más importante del Santander, Matías Rodríguez Inciarte, (en su día, ministro de la extinta UCD), mientras que el monarca Español envía a su mujer, Sofía, o bien a Jaime Carvajal y Urquijo.

Pero España, aparte de los miembros fijos, manda cada año otros representantes, como Esperanza Aguirre, que acudió en 2008, o Juan Luis Cebrián, que lo hace con bastante frecuencia.

¿Es relevante la mano de esta organización en temas de interés general? Podríamos destacar que, antes de ser candidato a la presidencia, un prácticamente desconocido Bill Clinton fue presentado en este distinguido club, para convertirse al año siguiente en Presidente de los Estados Unidos, y que, en 2008, uno de los esporádicos que acudió, fue Barack Obama, para que el club diera el visto bueno a su candidatura. El mismo año que Bill Clinton, se invitó a la reunión un diputado laborista poco popular, llamado Tony Blair, que poco tiempo después fue nombrado primer ministro.

O sea, que nos encontramos con que las decisiones de mayor calado de la sociedad occidental son tomadas por un grupo en que se integra la élite de personas más influyentes del mundo, destacando, entre sus miembros, casas reales, presidentes y ministros, representantes del Banco Mundial, principales empresas de comunicación... que se reúnen cada año bajo estrictas medidas de seguridad y aseguran que asisten como ciudadanos privados, aunque a ninguno de ellos se le permite dar información alguna de los contenidos discutidos durante los encuentros. Nadie puede comprar una invitación, pese a que muchas multinacionales lo han intentado.
La pregunta es: ¿Cuál es la motivación de su hermetismo?
El Club ha sido administrado desde el principio por un núcleo reducido de personas, nombradas en 1954, como indico más arriba,  por un comité de sabios, en su mayoría norteamericanos y europeos. Las invitaciones se mandan a personas importantes y respetadas de quienes se espera, a través de su conocimiento especial, sus contactos personales y su influencia en círculos nacionales e internacionales, puedan ampliar los objetivos del Club. Bajo esta aparente inocencia se esconde la verdadera misión del Club Bilderberg: mover los hilos desde la sombra.

Bueno, y a todo esto ¿cómo es que, redactando, redactando, he llegado hasta este punto?
Si yo empecé esta entrada con una referencia al registro del domicilio de Christine Lagarde, a la situación de Chipre y a la declaración del Conde de Fontao... Es que, lo mismo que a veces, hablando y hablando se le va a una calentando la boca, a mí, escribiendo y escribiendo se me va el dedo de una tecla a otra y... aquí está el resultado.


 Pero quizás sea mejor dejar de extenderme sobre el tema.

Si tenéis interés en profundizar sobre este asunto, lo mejor que puedo hacer es recomendaros un libro: "La verdadera Historia del Club Bildelberg", de Daniel Estulin.

Leedlo. Ya me contaréis.




















lunes, 4 de marzo de 2013

LAS UVAS DE LA IRA, LA MARCHA SILENCIOSA Y UNAS CUANTAS COSAS MÁS



Mientras marchábamos el sábado, día 2 de marzo, silenciosamente, por las calles de Cartagena, como homenaje a Guillermo Santos, víctima de la crisis económica, parado, casado y padre de 3 hijos, refugiado en casa de la abuela de su mujer, por haber sido desahuciado de su casa, y que a los 45 años optó por el suicidio, incapaz de seguir luchando, comentábamos entre los asistentes lo imposible que habría sido hace tan sólo treinta, o veinte, o incluso diez años, imaginar que hoy nos hubiéramos podido encontrar en la situación en que hoy nos encontramos… 
en esta situación de retroceso en el estado del bienestar, en esta situación de precariedad, de pérdida de las libertades, en esta situación de antidemocracia creciente… y evoqué  la primera vez que visioné “Las uvas de la ira”, el impacto que me causó esta película, y la emoción contenida con que, años después, me entregué a la lectura de la novela de John Steinbeck, del mismo título.


Esta obra de ficción, inspirada en la realidad histórica de la crisis del 29, retoma hoy su actualidad, ante la realidad del momento que jamás nos imagináramos que nos llegaría a tocar vivir en pleno siglo XXI.

Las uvas de la ira es la crónica de una familia depauperada en su viaje hacia una tierra de promisión, buscando trabajo y mejores condiciones de vida. No se trata de una obra moralizante, ni tampoco de propaganda, sino de un libro tremendamente realista en que unos personajes llenos de profundidad y humanidad, ser muestran como auténticos luchadores, que no dudan en denunciar los abusos del poder y la despiadada crueldad y desamparo que sufren los más débiles.

La dignidad de la ira la contemplamos en estas palabras de Steinbeck: 

«…y en los ojos de la gente se refleja el fracaso; y en los ojos de los hambrientos hay una ira creciente. En las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando y se vuelven pesadas, cogiendo peso, listas para la vendimia».


El autor nos enseña en su novela el poder potencial del hombre común si el «Yo» se convierte en «Nosotros», y es ésta la mayor enseñanza de la obra, la que deberíamos asimilar y poner en práctica, pues sólo colectivamente podremos escapar a la presente realidad y luchar por su transformación.
En el principio de la novela, Tommy, el segundo hijo de la familia Joad, que ha pasado algunos años en prisión por haber matado en defensa propia a un hombre, regresa a casa, para encontrar su hogar vacío. 
Se dirige  entonces a la granja de su tío John, para encontrarlos ahí reunidos a todos. El tío, que vivía solo, ha recogido a su hermano, con toda su familia, formándose ahora una nueva unidad familiar, compuesta por 12 miembros, que se ven obligados a emigrar para intentar sobrevivir.


Todos están de acuerdo en que allí ya no pueden seguir y la familia Joad, despojada de sus tierras, emprende el viaje a California.
Aun encontrándose en libertad bajo palabra, Tommy les acompaña, a pesar del riesgo de que la policía le detenga y devuelva a la cárcel. Después de vender todas sus pertenencias, matan los animales, preparan su carne para llevársela, y cargan lo poco que les queda en el camión que compraron con sus ahorros. La familia no está dispuesta a separarse, en la confianza de la fortaleza que les da su unión.


California… el fértil, el próspero estado de California se convierte en su sueño, en la ilusión de encontrar nuevas tierras en las que asentarse.
A lo largo de la obra permanece inalterable el sentimiento del amor. La tierra se ha perdido; la familia, irá dividiéndose en función de los continuos avatares, pero a pesar de todos los sufrimientos, de todas las agresiones sufridas, el amor está siempre presente, haciéndose patente en la figura de la madre, una madre (Ma Joad) que lucha por mantener unida a su familia por la fe en un futuro mejor.

Conforme se multipliquen las adversidades, lejos de dividirse, la familia continúa unida, aunque sufriendo una transformación: El amor por la tierra y amor por la familia se va convirtiendo en un amor al prójimo que alcanza dimensiones universales. Es éste el gran mensaje de la novela: El valor de la SOLIDARIDAD. Y Steinbeck lo expresa claramente en esta frase: “Si tienes problemas o estás herido o necesitado... acude a la gente pobre. Son los únicos que te van a ayudar... los únicos».


A lo largo de la novela vemos la desgracia y degradación que se acumulan sobre la familia Joad, y la manera en que, sin embargo, su sentido de justicia, familia, y honor nunca desfallece. Porque el autor creía que mientras la gente mantuviera un sentido de injusticia, un sentido de cólera contra los que trataban de menoscabar su amor propio, nunca perdería su dignidad.
Tom Joad, que se ve obligado a matar a un policía en una lucha por la dignidad de los trabajadores, es el símbolo de todos los trabajadores pobres maltratados que se niegan a ser vencidos


La cólera y la ira de Tommy contra los que querían que se acobardara, son la cólera y la ira de Steinbeck, cólera e ira que se dirigen contra los opresores: los banqueros que robaban las granjas, los terratenientes de California que trataban a los trabajadores como alimañas, y la policía que se ponía de parte de los ricos y brutalizaba a los trabajadores, lo que podemos apreciar en este fragmento del diálogo entre Tommy y su madre: 


«–Ya lo sé, Madre. Lo estoy intentando. Pero esos ayudantes del sheriff... ¿Has visto uno alguna vez que no tuviera el culo gordo? Y menean el culo y muestran su revólver por ahí. Madre –dijo–, si ellos estuvieran trabajando con la ley, lo podríamos soportar. Pero no es eso. Su trabajo es minarnos la moral. Intentan que estemos encogidos, arrastrándonos como una perra apaleada. Tratan de destrozarnos. Por Dios, Madre, llega un momento en que lo único que uno puede hacer para conservar la dignidad es atizarle a un policía. Nos están comiendo la dignidad».
La despedida de Tom de su madre alcanza dimensiones épicas: «En donde haya una pelea para que los hambrientos puedan comer, allí estaré. Donde haya un policía pegándole a uno, allí estaré. Si Casy sabía, por qué no, pues estaré en los gritos de la gente enfurecida y estaré en la risa de los niños cuando están hambrientos y saben que la cena está preparada. Y cuando nuestra gente coma los productos que ha cultivado y viva en las casas que ha construido, allí estaré, ¿entiendes?».


Y es en la disertación de la madre, Ma Joad, al final de la obra, donde reside la enseñanza final, la lección de la esperanza, en este enaltecimiento de la gente del pueblo, de la gente común. A los censores de la versión cinematográfica de esta novela les facilitó enormemente la tarea la polisemia de la palabra “people”, cuyo significado puede adoptar diversas acepciones - personas, gente, pueblo, nación, habitantes, familia, amigos… - y en el doblaje se optó por la utilización del término menos ideologizado: “gente”,  (yo lo habría traducido por “pueblo”) todas las veces que aparece a lo largo del parlamento – más bien un manifiesto -  de esta madre del pueblo, como si acaso la sustitución de un término por otro pudiese, realmente, descarnar de ideología el discurso:  


«Nunca más voy a tener miedo. Pero lo tuve. Por un momento pareció como si nos hubieran derrotado. Derrotados por completo. Parecía como si no tuviéramos a nadie en todo el mundo, sólo enemigos. Como si nadie siguiera siendo amistoso. Me hizo sentir bastante mal, y también asustada, como si estuviéramos perdidos y a nadie le importara… Los ricos van y se mueren y sus hijos no sirven para nada y van desapareciendo. Sin embargo, Tom, nosotros seguimos surgiendo. No te inquietes, Tom. Llegan nuevos tiempos, distintos.–Tranquilo –dijo ella–. Debes tener paciencia. Mira, Tom... nosotros, nuestra gente, seguirá viviendo cuando estos otros hayan desaparecido. Escucha, Tom, nosotros somos el pueblo que vive. No nos pueden borrar del mapa. Nosotros somos el pueblo, nosotros seguimos adelante...».

John Steinbeck


En esta emotiva escena final, en este parlamento y en otras muchas cosas fui pensando el sábado mientras que, por las calles de Cartagena, transcurría la marcha silenciosa.
Nosotros seguimos surgiendo, nosotros somos el pueblo que vive. El pueblo, a pesar de todo, sigue adelante.






martes, 26 de febrero de 2013

MAREA DE MAREAS




El sábado, 23 de febrero, discurrió por las calles de Cartagena la manifestación que, bajo el lema "Estamos hart@s, recuperemos nuestros derechos" agrupó a las diferentes mareas ciudadanas, y cuyo recorrido comenzó en la Plaza de España, para terminar en el Paseo Alfonso XIII, frente al edificio de la Asamblea Regional, donde se dio lectura al manifiesto que reproduzco a continuación:


Estamos aquí para gritar que estamos hartos pero también que estamos juntos y podemos resistirnos a todo.

Estamos hartas de que carguen su culpa sobre nuestros hombros y su falta de conciencia sobre la nuestra. 

Estamos hartos de que nos digan que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades los que nos han dejado sin ellas. 

Estamos hartas de que digan que nos rescatan, cuando nos secuestran.

Estamos hartos de que nos mientan, nos estafen nos acobarden, nos desprecien. Somos ciudadanos, no mercancía.

Estamos hartas de que nos traten como un cliente que nunca lleva la razón, de que nos traten como una mercancía que se vende, se revende como un objeto. 

Estamos hartos de que vivan a nuestra costa, de que vendan nuestras vidas al mejor postor, de que nos roben la sanidad y se la regalen a un amigo inversor. 

Estamos hartas de que la educación sea un gasto y no una inversión, de que los investigadores no puedan investigar. 

Estamos hartos de votar a un político para que luego nos gobierne el presidente de un banco.

Estamos hartas de que usen nuestro voto como un billete, como un bono basura. 

Estamos hartos de los que defraudan, de los mangantes que hacen gala de sus chanchullos y choriceos.
 

Estamos hartas de los ciudadanos que no ejercen su ciudadanía, de los que pasan, de los que se esconden, de los que se callan, de los que no se indignan, de los que no se revelan de los que se dejan pisotear y permiten que nos pisoteen a los demás, de los que votan corrupción y aclaman al ladrón. 

Estamos hartos de la mayoría silenciosa, del silencio de los cómplices, de los que van al matadero sin rechistar y de los que obedecen ordenes injustas sin cuestionarlas. 

Estamos hartas de los que ordenan pegar por no pagar por sus errores y de los que pegan sin piedad como cobardes a sueldo y mercenarios sin cerebro. 

Estamos hartos de los que echan periodistas a la calle para que no puedan informar, de los que quieren que nos callemos, que no seamos.  

Estamos hartas de un estado que no escucha y que acalla a golpes .

Estamos hartos de los que no nos representan, de que lo llamen democracia y no lo es, de que a esta estafa le digan crisis, de que al ciudadano lo llamen enemigo y a la protesta del pueblo la llamen criminal. 

Estamos hartas de que al estado de derecho lo hayan puesto del revés y al ciudadano lo hayan puesto de rodillas. 

No tenemos que deciros que las cosas están mal, que hay gente que está sin trabajo o con miedo a perder el que tiene, que los bancos quiebran, los maleantes andan sueltos, nadie sabe lo que hacer y lo que es peor, no se ve una solución.

Sabemos que las cosas están mal, peor que mal... y por eso queremos salir a la calle, no queremos quedarnos en casa y ver como lentamente el mundo en que vivimos desaparece.

Nos quieren convencer de que estamos solos, de que no hay alternativa y que no hay nada que hacer y que lo que está pasando es culpa nuestra.

Pero se equivocan.
Vamos a luchar por recuperar nuestros derechos. 
Además de defendernos,
tenemos que pelear por lo que YA nos han robado.

NO PODEMOS RENDIRNOS, 
NO PODEMOS DEJAR QUE NOS VENZAN.

En la próxima movilización que hagamos, tenemos que multiplicarnos.
De nada sirve venir a la manifestación y luego continuar como si nada, tenemos que sumar, tenemos que manifestarnos todos los días, en el trabajo o en la cola del paro, en las plazas o en los bares, con los amigos y amigas, con todas las personas que nos rodean diariamente; tenemos que abrirles los ojos, hay que explicarles lo que no se ve en la televisión.

Hay mucho sufrimiento en las calles y en las casas, no podemos permitir que lo oculten.

Recordad: si cada uno y cada una de quienes estáis aquí hoy, conseguís que os acompañe otra persona a la próxima manifestación seremos el doble, y si nos mantenemos unidos, conseguiremos parar esta sinrazón.

NO OS CALLÉIS

Gracias y adelante, nos vemos en las calles.


viernes, 8 de febrero de 2013

VIRGINIA WOOLF




Fin de viaje, Noche y día, El cuarto de Jacob, La señora Dalloway, Al faro, Las olas, Orlando, Los años, Entre actos…  cualquiera de las novelas de Virginia Wolf es un testimonio de la reacción de su conciencia frente a los temas sociales y políticos de su tiempo.

La hija del crítico e historiador sir Leslie Stephen nació en Londres  en 1882, creciendo en un ambiente frecuentado por literatos, artistas e intelectuales y marchando a los 23 años a vivir con su hermana Vanessa y sus dos hermanos, tras el fallecimiento de su padre. Su hermana, pintora, se casó con el crítico Clive Bell, y por su casa del barrio de Bloomsbury pasaron, no sólo los amigos del matrimonio, sino también los antiguos compañeros universitarios de su hermano mayor, entre los que figuraban intelectuales de la talla del escritor E. M. Forster, el economista J. M. Keynes y los filósofos Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, lo que sería conocido como el grupo de Bloomsbury, al que pertenecía Leonard Woolf, un economista judío de bajo rango social y económico, con el que se casó al cumplir los 30 años y con quien fundó en 1917 la célebre editorial Hogarth Press, que editó la obra de la propia Virginia y la de otros relevantes escritores, como Katherine Mansfield, T. S. Eliot o S. Freud.
Leonard Woolf

Virginia Wolf escribió  hasta su muerte, en 1941, rompiendo los moldes narrativos de la novelística inglesa anterior, llamando la atención la maestría de su técnica y su afán experimental, introduciendo en la novela un estilo y unas imágenes hasta entonces más propios de la poesía.

Pero Virginia no fue sólo una escritora de vanguardia, sino una feminista y pacifista convencida, que no demostró ninguna reserva en ponerse del lado de las mujeres, que se enorgullecía de ponerse en el lugar de las marginadas, que pensaba que el hecho de ser mujer obligaba a la práctica de una ética determinada.

Virginia capta las angustias superficiales y profundas de su época y responde con verdades incuestionables a la desigualdad entre hombres y mujeres y a la injusticia del poder patriarcal que mostraba su más violento rostro en esos años en los que, mientras ella escribía, Hitler tomaba el poder, Japón invadía China, Mussolini, Abisinia, y Franco asediaba Madrid.


En 1931 comenzó su búsqueda de datos ¿cómo puede una mujer parar una guerra? Para la gestación de su libro “Tres guineas”. En 1937, el hijo de su hermana Vanesa, anunció que partiría hacia España, con las Brigadas Internacionales, para combatir el fascismo. Mientras trataba de disuadir a su sobrino de su viaje, se encendía dentro de ella el fuego que le impelía a la publicación de ese nuevo libro; pensaba que, en el joven, más que el ideal, lo que pesaba era una equivocada idea de la virilidad. Pero Julián salió para España, uniéndose a la Cruz Roja, para morir mes y medio después, al ser alcanzado por una granada. Al año siguiente, 1938, “saltó fuera de ella el ensayo político “Tres guineas” en el que exponía la idea de la conexión entre la guerra y el maltrato a las mujeres, en un análisis claro, lleno de luz e incuestionable. Aunque el libro no fue bien acogido, recibió numerosas cartas de gente desconocida que aprobaba su denuncia de la complicidad entre patriarcado, fascismo y guerra. La Segunda Guerra Mundial dio comienzo en septiembre de 1939.

Durante su vida fueron muy comentados sus cambios de humor, así como sus crisis nerviosas y las depresiones que sufrió a raíz de la muerte de su madre, del fallecimiento de su hermana Stella y de la pérdida de su padre. Hoy sabemos que estos trastornos y las enfermedades a ellos asociadas formaban parte de lo que, en nuestros días, se conoce como trastorno bipolar, y que los modernos eruditos, entre los que se encuentra su sobrino y biógrafo Quentin Bell, consideran que vendría influido por los abusos sexuales que, tanto ella como su hermana Vanessa, sufrieron a manos de sus medio hermanos George y Gerald Duckwort, y que son narrados por la propia escritora en su texto autobiográfico “A Sketch of the Past”, si bien de manera velada, de acuerdo con la rígida moral de la época victoriana.

Su niñez y adolescencia habían sido marcadas por la vergüenza. Virginia recordaba que se había avergonzado de su cuerpo, y lo terrible que había sido ser una mujer y avergonzarse de ello, hasta que aprendió de Vita Sackville-West que se podían invertir los valores.

Virginia y Leonard

Con su marido Leonard, que no sólo apoyó siempre ampliamente a su esposa, sino que le permitió vivir proporcionándole la vida y atmósfera que precisaba para escribir, compartió lazos muy fuertes, comentados por Virginia en su diario, en el que hablaba de que después de 25 años no podían tolerar estar separados y que era el suyo un matrimonio completo,  pero la ética del grupo de Blomsbury estaba en contra de la exclusividad sexual, y así, al conocer a  la esposa de Harold Nicolson, Vita, también escritora como ella, tras un comienzo tentativo, entablaron una relación sexual que duró casi toda la década de los veinte, y de la que continuó siendo amiga después de que concluyera su romance.
Vita le enseñó que se podía ser una mujer y amar como un hombre, vivir como un hombre, gozar como un hombre. Pero después de un tiempo, esto no era suficiente. De la combativa sufragista, su amiga Ethel Smyth, aprendió que se podía desear más, no sólo la igualdad y las mismas oportunidades, sino la diferencia de ser mujer y exaltar esa diferencia. Y así escribió “Una habitación propia”, que junto con “Tres guineas” constituye una de sus dos mejores obras de no ficción, en la que examina las dificultades con que las escritoras e intelectuales tienen que enfrentarse, porque los hombres tienen un poder legal y económico desproporcionado y expone sus ideas sobre el futuro de las mujeres en la educación y la sociedad, destacando la construcción social de la identidad femenina.

 Tras una vida intensa, tanto desde el punto de vista personal como literario, tras acabar el manuscrito de “Entre actos”, su última novela, que fue publicada póstumamente, padeció una nueva depresión. El estallido de la Segunda Guerra Mundial, la destrucción de su casa de Londres por los bombardeos de la Luftwaffe y la indiferencia con que se acogió su biografía de su amigo Goger Fry, contribuyeron a empeorar su estado. El 28 de mayo de 1941 puso fin a su vida, llenando de piedras los bolsillos de su abrigo y lanzándose al río Ouse, cerca de su casa de campo. Ese fue el final de Adelina Virginia Wolf, novelista, ensayista, escritora de cartas, editora, autora de cuentos, feminista pertinaz, una de las más destacadas figuras del modernismo literario.