De nuevo precioso tiempo el perdido en escuchar la radio. Me equivoqué de emisora. Debía haber sintonizado alguna de estas cadenas musicales, antes que atender a lo que eufemísticamente se ha llamado "sesión de control", cuando ya sabemos, desde tiempo atrás, que en este congreso no hay quien controle a nada ni a nadie, pocos que quieran, realmente controlar, y ninguno que se permita ser controlado.
A la intervención de Cayo Lara, Rajoy le pide que sea más "eficaz" (que manía de utilizar la palabra eficacia fuera de contexto) y no hable de lo que ya hablan los medios de comunicación y se ha remitido a la ley de transparencia y ni un resquicio por el que entrar a trapo en discutir medidas concretas.
Rubalcaba ha pedido contundencia y celeridad contra la corrupción, y Rajoy le ha respondido que le da el mismo consejo.
¿Y quién ha hablado del caso Bárcenas? Nadie le ha preguntado directamente, luego a nadie había que responder.
Aplausos de la oposición, aplausos del gobierno... ¿Pero por qué aplauden?
El aplaudiómetro del Congreso |
Rubalcaba pide un acuerdo frente al paro, y Rajoy le ha respondido que está dispuesto, pero después de restregarle que siempre que propone algo, el otro le dice que no.
Aplausos del gobierno, aplausos de la oposición.
Tú, diputado o diputada que se supone nos representas, ¿por qué aplaudes? ¿por los corruptos o torturadores que son indultados, mientras una madre de dos hijas está a punto de ingresar en prisión por gastar ciento noventa euros en leche y pañales con la tarjeta de crédito que se encontró en la calle?
Tú, ¿por qué aplaudes? ¿por los parados que van de noche a los contenedores, en busca de comida, mientras la ministra de Empleo defiende lo bien que va el empleo con las medidas que están tomando?
Tú, ¿Por qué aplaudes? ¿por las explicaciones que no se dan? ¿por las familias desahuciadas? ¿por el "vosotros también"? ¿por la juventud española sin futuro?
Pero, bueno, tú ¿por qué aplaudes?
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