Y tú… ¿por qué narices apoyas a Equo?
Quizás la respuesta a esta pregunta no se encuentre entre la
cadena de acontecimientos de los últimos meses.
Quisiera retroceder un par de años, porque fue en mayo de
2013 cuando acudí al salón de actos de la UNED con motivo de la presentación de
este partido en Cartagena, no atraída por la presencia del antiguo
representante de Green Peace, López de Uralde, pues siempre he sido bastante
reacia a los protagonismos individuales, sino por mi asidua tendencia hacia las
organizaciones de signo verde, que en alguna ocasión había manifestado con mi
voto en los comicios europeos (otra de mis tendencias es la de pronunciarme por
el voto de principios, y no recuerdo más que una ocasión en que me haya
manifestado a través del conocido como voto útil).
Pues bien, en aquella ocasión, en que el nuevo partido
expuso su modelo abierto y participativo, permanecí atenta a las
manifestaciones en que no se habló sólo, como era de esperar, acerca de la
defensa de la sostenibilidad, sino que se extendieron las intervenciones a la
temática de la justicia social y la equidad, así como la defensa de los
derechos humanos.
El concepto de democracia participativa que se expuso no me
era ajeno, habiendo sido, como soy, militante de STERM-Intersindical desde la
fundación de este sindicato, paradigma para mí de organización de
funcionamiento asambleario, donde las haya, y las propuestas de este partido,
con sólo dos años de historia, para la regeneración política y medioambiental,
su compromiso con la regeneración democrática y las relaciones entre
ciudadanos/as y estado, me convencieron de que había motivos para apostar por
esta joven organización.
Y es que lo fundamental en un partido político es su ideología,
y Equo se presenta como un partido claramente alineado en la izquierda, que se define como republicano
federal, laico y europeísta, defensor del multiculturalismo,
feminista, que cree en la democracia
participativa en lugar de representativa, rechaza los sistemas
productivistas del capitalismo y el marxismo, para definirse por la política verde, basada en la preservación
del medioambiente y la defensa de la salud,
y apuesta por la defensa de la enseñanza y la sanidad
públicas. Fue por ello por lo que el año pasado aposté por estos
principios dando mi voto a Equo en las elecciones europeas.
Cuando en Cartagena comenzó la ilusionada andadura del
proyecto de confluencia Ganemos Cartagena, los miembros de Equo se encontraban
presentes en las asambleas, junto con los de otros partidos, como
Izquierda Unida, PCE o algunos de Podemos, y como organización se pronunciaron
como dispuestos a continuar apoyando el movimiento de confluencia hasta el
final.
Al ser abandonados por Izquierda Unida y ante la postura de
intransigencia de Podemos, la asamblea ciudadana Ganemos decidió
mayoritariamente no concurrir a las elecciones municipales, y a partir de ahí,
quedé sumida en un pesimismo enorme que no me conducía más que a una postura
posible: la del voto en blanco, una postura que no he manifestado nunca, pero
que se me presentaba como la única salida, al no encontrar ninguna alternativa
válida, ni desde el punto de vista ético, ni siquiera desde el estratégico.
Por ello, cuando a petición de algunas personas que habían
venido trabajando en la confluencia, Equo convocó una asamblea para discutir y
decidir acerca de su posible presentación a las elecciones municipales en
Cartagena, me decidí a apoyar sin reservas esta postura.
A día de hoy, una semana antes de la celebración de los
comicios, me siento satisfecha de mi decisión de aquel día, me encuentro feliz
por mi apoyo a Equo, por formar parte de un proyecto que supone la mejor
alternativa a Cartagena, porque Equo es una candidatura fresca y renovada, cuyo
programa se ha elaborado a partir de las aportaciones de toda la ciudadanía,
cuyo borrador se ha ofrecido a ser enmendado por ciudadanos/as a título
individual, por organizaciones ciudadanas, por ONGs, por asociaciones vecinales
y culturales, por expertos/as en los diferentes campos, y cuya redacción final
se ha llevado a cabo en grupos de trabajo abiertos a la participación y
aprobado en asamblea, haciendo práctico uno de los principios de Equo: el de la
democracia directa y participativa.
Por todo esto he apoyado a Equo, por todo esto voy a votar
su candidatura, y por todo esto pido para ella vuestro voto desde aquí.
Equo: La energía necesaria para Cartagena
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