Si hay algo que me da miedo, algo de qué
huir son las medias tintas, las indefiniciones…
Y a eso me suena el oír repetidamente a
quienes insisten, una y otra vez, en recalcar que en el momento actual no se
puede hablar de izquierdas o de derechas.
Supongo de algunas personas en las que me
sorprende esta categórica afirmación, que quizás sean movidas por el afán de
asumir las declaraciones de Pablo Iglesias inmediatamente anteriores a la
celebración de las elecciones europeas, según las que “La clave no es un eje de
derecha-izquierda, sino democracia-dictadura”, pero hay que tener cuidado a la
hora de mantener determinadas afirmaciones que bien podrían malinterpretarse. A
mí, en concreto, manifestaciones de este calibre me traen a la memoria (¡qué
malo es, a veces, tener memoria…!) una cita de cierto diputado de la II
República Española: “Basta de Parlamento y de política oscura. Basta
de izquierdas y de derechas. Basta de egoísmos capitalistas y de indisciplina
proletaria. Ya es hora de que España, unida, fuerte y rebelta, recobre el timón de sus
grandes destinos”
El III Marqués de Estella, que pronunció estas palabras el 26 de abril
de 1934, se llamaba José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia.
Quizás sea por eso por lo que desconfío de quien con tanta facilidad se
pronuncia acerca de la superación de la división entre la derecha y la
izquierda: porque estos discursos me traen la presencia de fantasmas del
pasado.
No trato de referirme en exclusiva a las palabras del fundador de
Falange Española, sino que quiero recordar el momento en que surge esta
terminología, en el año 1789, cuando como resultado de la Revolución Francesa
surge la Asamblea Constituyente: Los diputados que estaban a favor de mantener
el poder absoluto del monarca, se situaron a la DERECHA del presidente de la
Asamblea, mientras que quienes ponían la
soberanía popular por encima del poder real, se situaron a la IZQUIERDA. Desde
entonces, la defensa del cambio político y social se asocia a la Izquierda,
mientras que la oposición a esos cambios se asocia a la derecha.
Es por eso por lo que el concepto de izquierda política se refiere a la
defensa de los DERECHOS CIVILES, a quienes consideran prioritaria la
consecución de la IGUALDAD SOCIAL, mientras que con la derecha política nos
referimos a la visión tradicional o CONSERVADORA de la sociedad, que defiende
los INTERESES PRIVADOS frente a los DERECHOS SOCIALES.
Es decir, que para mí, ser de izquierdas es optar por los de ABAJO
defendiéndolos de los de ARRIBA; supone la defensa de una sociedad justa, de
una sociedad laica, igualitaria, intercultural, de carácter progresista con una
visión internacionalista y opuesta a los nacionalismos.
Mi pregunta es: ¿Qué clase de sociedad propugna quien dice de si mismo
no pertenecer a la izquierda ni a la derecha?